- En el marco del Segundo Coloquio de Educación Ambiental, se presentará “Huellas Digitales”, una exposición que ahonda en la vida y obra del gran muralista mexicano.
Hermosillo, Sonora; 3 de octubre de 2022.- Años antes de que Jean Paul Sartre teorizara acerca del compromiso social del artista, el muralista mexicano -uno de los tres grandes de México- David Alfaro Siquieros, ya ponía en práctica ese compromiso autoral. La obra de Alfaro Siqueiros es hija del espíritu de su tiempo: revolucionaria, contestataria, tumultosa. Explica las ideas que trascendieron esa época: el colectivo sobre el individuo.
David Alfaro Siquieros no ha muerto. Sus trazos, sus letras, sus ideas siguen, rompieron su propia temporalidad y sobreviven hoy en día. De ahí la importancia de seguir visitándolo, explorándolo, perderse en sus gigantes murales y en las intimidades de su vida pública. David Alfaro Siquieros pisará Sonora el próximo 8 de octubre en Puerto Peñasco, en el marco del Segundo Coloquio de Educación Ambiental 2022.
La exposición “Huellas Digiales” será un laberíntico camino hacia la mente del muralista. El autor de “La marcha de la humanidad” es un rompecabezas que bien serviría para epitomizar el siglo XX, sus luchas intestinas, las guerras ideológicas, el sentido humanista y antropocéntrico; retratos de los pueblos en su lucha por la emancipación y la búsqueda de un mejor porvenir.
“Huellas Digitales”, cuenta Joaquín Bustamante, uno de los organizadores del evento, está dividida en tres partes. Como una biografía multidisciplinaria que relata los episodios y el legado de Siquieros. La primera parte es una biblioteca de cartas que escribió el artista en distintos momentos de su vida. De sus cartas a su primera esposa a sus andares como coronel de la Brigada 46 y 86 del Ejército Republicano en la Guerra Civil de España.
“El coronelazo”, como él mismo se describió en su libro de memorias, llevó toda su experiencia como guerrero en la Revolución Mexicana con las tropas carrancistas a ese laboratorio de guerras proxy que era España, donde se buscaba ponerle un freno a la expansión fascista. Elena Garro describió sus episodios en su bello “Memorias de España 1937”, donde coincidieron intelectuales de la talla de la propia Elena, Octavio Paz, Silvestre Revueltas y Alfaro Siquieros.
La segunda parte de la exposición corre a cargo del nieto del muralista, David Constantino Siqueiros; fotógrafo de reconocida trayectoria internacional, que capta esos momentos olvidados, a menudo ignorados, de la rutina de su abuelo. Fotografías que muestran al personaje y a la leyenda, en carne y hueso, en su efimeridad, lo transitorio: momentos de furia, desazón, risas descarnadas, alegrías cómplices. Todo captado en el lente de su nieto, con la sensibilidad de conocer cuándo disparar el botón de la cámara.
La tercera parte de la exposición es obra de David Alfaro Siqueiros. Si bien, él señalaba la superioridad moral del mural sobre la pintura de caballete u otras expresiones plásticas, no es ajeno a éstas. Desde la elección de los materiales, imprimía un testamento ideológico: materiales industriales, actuales, que van con la realidad de su entorno, del obrero y obrera, de esas personas de barro y polvo que son las que sostienen el mundo.
David Alfaro Siqueiros, fue, la muestra más ingeniosa de lo que él mismo acuñó como “poliangularidad”, es decir, la mirada desde diferentes puntos de vista en forma simultánea, en la cual se pierde la idea de una única línea de horizonte que nos permite utilizar en un mismo espacio de representación, diferentes puntos de vista.